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Quiero ver el futuro de las fotos (de Timisoara y Rumanía)

José Miguel Viñals, Foto: Hotnews
José Miguel Viñals, Foto: Hotnews

Lo tengo comprobado. Cuando alguien, en un discurso, no sabe qué decir de Timisoara hablará de la Revolución y de multiculturalidad. Y con esto abrirá y cerrará una intervención poco inspirada y fría. Recibirá un corto aplauso cortés, se sentará y habrá cubierto expediente. Los oyentes no habrán escuchado nada, no recordarán nada, acomodarán por aburrimiento sus posaderas a la silla y consultarán antes, durante y después del discurso cualquier cosa en su móvil. Una pérdida de tiempo en los que se banaliza asuntos de gran importancia como telón para no decir nada…

El pasado (¡primera ciudad de Europa continental con X o Y, primera biblioteca pública del imperio, ciudad de nacimiento de la Revolución,…) por muy real que sea, es pasado. Conocer el pasado es necesario. Sobre el pasado se construyó nuestro presente y construiremos nuestro futuro, pero poner siempre el pasado en primera línea indica que no hay proyecto de futuro. Imagino que en Madrid, Milán, Berlín o París, por citar ciudades que conozco, hay pasado. Y ese pasado seguro que incluye revoluciones. invenciones y multiculturalidades varias. Pero no se habla mucho de ello.

Se habla de futuros realistas: dónde queremos estar en X años, qué retos tenemos, qué papel queremos jugar en la Europa del mañana. Vivir en el pasado, real o inventado, puede ser una fuente de satisfacción o de odio. La anciana que mira los álbumes de fotos de cuando hizo la primera comunión es el primer caso. Los que pasan el día pensando en lo que fulano les hizo hace 15 años, el segundo. Ni una actitud ni la otra aportan nada práctico a nuestro futuro.

La primera es dulce y muchos la practicamos a veces. La segunda me parece realmente idiota. Lo que sirve a nivel individual, sirve como pueblo. Una parte de Timisoara vive aún en el primer caso, y va mirando continuamente el álbum de fotos de lo que fue. A veces esas fotos proyectan en el presente una larga sombra, como el mito de la multiculturalidad. Cuando se habla de Timisoara siempre habrá quien diga que es una ciudad multicultural. Mentira. Sin duda lo fue, pero ya no lo es en el sentido original (cualquier ciudadano hablaba como mínimo 3 idiomas que aprendió jugando de niño en la calle…). También hay los escocidos del pasado por varias razones. No vamos a perder el tiempo. business center Timisoara: mejor ciudad 2015 para negocios Luego están los que viven en el presente y se contentan con estadísticas como las de mi entrada anterior en este blog “Timisoara: mejor ciudad de Rumanía para negocios” (según Forbes) u otra reciente “Timisoara: ciudad de Rumanía con mejor calidad de vida”.

Esta satisfacción loable debe durar lo que dura el presente, es decir, poco y casi nada, porque la realidad es efímera y puede cambiar en cualquier momento. futureLo importante es el futuro. Yo quiero ver hoy las FOTOS del futuro. ¿Dónde queremos que esté Timisoara (Rumanía) en 5, en 10 años y cómo lo conseguiremos? En términos empresariales sería decir ¿Cuál es nuestra misión? Rara vez oigo hablar del futuro de la ciudad y menos aún de la estrategia necesaria para conseguirlo. Me gusta participar en las distintas reuniones de trabajo que las administraciones públicas organizan para debatir la ciudad y a las que se me invita. Igual que a mi, gusta a muchas otras personas, algunas realmente válidas, que regalan una parte de su tiempo con el objetivo de aportar algo.

También hay los que dicen que no quieren perder el tiempo y piensan que esas reuniones no sirven para nada. Tengo una relación cordial con distintos políticos de distintos partidos. Parto del teórico supuesto que todo político está motivado por la idea del bien común y que entra en un partido u otro por ser el que mejor responde a su idea de sociedad.

Sé que lo que estoy diciendo no siempre es real y que las motivaciones políticas son a menudo otras, pero dejémoslo ahí. También parto del supuesto que los políticos viven en su burbuja. Creo que no entienden casi nada del mundo económico real ni de los problemas que con sus decisiones crean a ciudadanos y empresas, los motores de la sociedad. Esto sí que es cierto. BIG CITYEs por ello que en mis reuniones con ellos les estoy diciendo, con una gran sonrisa, que las cosas están cambiando, que necesitamos para Timisoara (Timis, Banat, Romania…) un plan de futuro, fijar y conocer nuestro objetivo y les pido que se muevan. Y esto porque podemos ser hoy la mejor zona de Rumanía para hacer negocios, pero que el mundo cambia rápido, y seguro que no somos la mejor zona del sureste de Europa, ni de Europa, ni del mundo, y que ahora el dinero se mueve a golpe de click y que o nos fijamos objetivos realmente ambiciosos o nos quedaremos con nuestros laureles polvorientos y un cierto olor a mustio en el aire.

Necesitamos mucha menos burocracia, muchos menos impuestos, una smart city total, muchas mejores infraestructuras, cero corrupción, buena educación (no sólo hablo de la escuela…), una ciudad verde, mayor calidad de vida, promoción de la natalidad, transporte público más frecuente, penalización severa del incivismo, una ciudad limpia, eliminación de las barreras que dificultan el tránsito urbano,… Y esto es sólo el principio. no pasaremos de ser un pueblo grande si no conseguimos atraer a varios cientos de miles de personas a vivir en nuestra ciudad, y si puede ser, personas con buena formación. Timisoara es magnífica, tiene gran parte de los ingredientes necesarios para ser una ciudad de gran importancia en el sureste de Europa.

Podemos contentarnos viviendo en el pasado o en el presente hedonista y seguir siendo un gran desconocido a nivel global, o buscar la forma de pasar a jugar en primera división. Yo quiero ver el futuro de esta ciudad para saber si quiero vivirlo o mejor me voy con la música a otra parte. José Miguel Viñals Cónsul Honorario de España en Timisoara Director General de Diagonal Consulting SRL – Via Rumania

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